Friday, September 08, 2006

Algún día... te arrepentirás, de haber dejado estos labios sedientos de tu manjar de boca.
No dejarás tan fácilmente los recuerdos torpes de nuestro amor desgraciado, maltratado por gentes tontas que indican el querer de dos beodos de tristeza.
Algún día recordarás el momento de nuestro encuentro,
El instante preciso en que unimos por un lapso nuestras vidas...
en un caminar, pedregoso, tormentoso.

Mi muerto, estás en una tumba lejana a la mía,
la sangre fluye de tus ojos en agonía,
pudriéndote más aprisa que yo, y en tu éxtasis no lo percibes.

Algún día, en el momento de tu muerte,
Podrás sentirme nuevamente,
y desearás una segunda muerte, para no recordarme
Aquélla tarde huías de mi mirada, queriendo así escapar de un pasado que es tan mío como tuyo.

Miraba fijamente tus ojos, buscando de algún modo las respuestas que nunca diste,
dejando en mí una gran interrogante, cuando te alejaste definitivamente de mi lado.

Mi corazón latía cada vez más de prisa, tratando de convencerse ,con esa promesa forzada de amistad-para que no doliera tanto el amor-que me hiciste,
en esa plaza donde el tiempo se detuvo y corrieron sólo lágrimas.
Mientras estoy aquí también estoy allá,
y en un silencio, de aquéllos en que no existe el tiempo,
sentí paz.

Viaje por mis adentros y afueras,
desde mi universo a un cosmos,
del cosmos a mi universo.

Y al descubrir que éramos uno,
conjunción perfecta,
dimensioné que la proyección del ser es hacia el infinito, y la proyección del infinito al ser.
como espejos contrapuestos que se proyectan asimismo,

Entonces... me digo,¿ quién es proyección de quién?.
Y todo es parte del todo y la nada también lo es.
Se siente mal amarte
y saber que me ignoras,
no se puede hacer nada contra
el incierto
destino,
sólo observar como se lleva lo querido...

Soy un desierto,
como el enorme de Atacama,
que esconde mil formas y colores,
sólo visibles al juguetear con el viento.

Necesito que llueva en mis ojos, revivir mis arenas muertas
y ser un desierto florido
Las mentiras empedraron el alma, asfixiando todo el ser.
Cuán largo camino creen recorrer, sin pensar que ya no podrán volver.

En la mediatez de la existencia, no imaginan siquiera consecuencias.
Se posan como mariposas, succionando el néctar de la flor.

Y no fuiste mariposa, sino un picaflor, y de flor en flor que te posabas, la mía se enfermo.

Traicionaste lo más sagrado “El Amor”.
Tuve miedo, como tantos mortales sienten.
Quise huir, adentrarme en el vientre de la madre tierra,
hacerme polvo.
Me envolvieron circunstancias repudiables, no fui fuerte,
caí,
se empequeñeció, mi alma.

Las caretas del engaño, se incrustaron en mi rostro, me moldeó el mundo a su gusto.

Me hizo frágil,
perdedora de aquéllas que no se quieren.

Tuve ojos de poeta,
labios de ruiseñor,
mente de loco.

Nadie amó mi poesía,
mi canto,
mi pensar.




Huyeron de mí
tratándome de idealista, soñadora, una torpe romántica.

Clavaron puñales mortales en mi esencia,
quitaron mi sexo , mi vida entera.
En el caos de este mundo, buscaba las llaves de la belleza,
me obligaron a ser como ellos y tuve que serlo.
adorar a sus falsos dioses que prometen eternidad,
me impusieron reglas, que limitaban mi sentir.

Pedí limosna,
mi alma moribunda, famélica de liberación, golpeó puerta a puerta,
corazón a corazón...sin respuesta alguna.

En este mundo, no fui nadie.

Esclava de mis ideas, quise adentrarme en el abismo interminable del alma;
y angustiada, acabar de una cuchillada este eterno martirio,
y sentir los cantares que me llevan a un mundo distinto...
Morir para vivir, eso necesito.
Sicarios de nosotros mismos... al estar prisioneros en cuerpos que no son nuestros.
Miramos nuestra imagen reflejada en espejos.
Al ahondar en nuestras pupilas vemos miles de otros cuerpos,
como cuando se mira hacia lo infinito,
recorremos caminos eternos.

Y al fin...un espíritu sin tiempo.
¿Cuántos somos?
Un
Dos
Tres
¡Quizás todos los múltiplos de tres!

¿Cuántos somos?...
El cuerpo enjaula el alma haciéndonos no plenos, el espíritu quiere conciliarlos ¿cómo logrará hacerlo?

Nuevamente
Un
Dos
Tres...
Gritos dentro


Un
Dos
Tres...

Tres Reyes Magos
Tres, Padre, Hijo, Espíritu Santo.;
Tres, veces Jesús fue negado,
Tres; al tercer día resucitado.

¿Que parajes, silencios, misterios esconde el alma?,
Memoria cósmica vedada, que sólo da atisbos como sueños.

¿Muero cada día que vivo, o vivo cada día que muero?
¿vivo o recuerdo?
¿existo o soy un pensamiento?

Deseo ser éter y deambular por el universo...
Quiero ser luz y desvanecerme en un silencio.
No haz sabido comprender lo inútil, que es sentir bajo lo infinito del universo.
Estamos en un mundo limitado, un cubo.
¡Que absurda realidad más inconcreta!,
nos saciamos de sangre, gozamos con la muerte.
¡Pobres ratas!...¿en qué nos hemos convertido?
¿Dónde quedó lo humano, en qué parajes se esconde la dignidad?

Malditas reglas, principios impuestos, pensamientos que distorsionan mi mente.

Buscando lo racional, lo concreto lo real...no saben... que todo esto es sólo porquería, que nada sacamos con pensar.

Vivimos del sueño de alguien.
Me hice cautiva de mis propias redes,
te amé, y amándote tuve que dejarte,
seguir mi camino sola...
sabiendo que te perdía.

No olvidé aquellas horas que juntos vivimos ,
y cuántas otras que quisimos vivir y no pudimos.

Viviendo de recuerdos ajenos a los tuyos...
Y no me quedé contigo,
ni con nadie,
por escapar del mundo que me aprisionaba
Me hice cautiva de mis propias redes,
te amé, y amándote tuve que dejarte,
seguir mi camino sola...
sabiendo que te perdía.

No olvidé aquellas horas que juntos vivimos ,
y cuántas otras que quisimos vivir y no pudimos.

Viviendo de recuerdos ajenos a los tuyos...
Y no me quedé contigo,
ni con nadie,
por escapar del mundo que me aprisionaba
Esta nostalgia que me embriaga,
no quiere abandonar mi alma,
se queda engendrada en lo más profundo,
magullándola.

Se queda quieta, casi muerta,
despertando como un dragón en llamas,
provocando que descienda a un abismo, cuando yo en la cumbre me encontraba.
Sangra, sangra mi pobre alma,
como río torrentoso que desemboca en mis ojos.

Y quedo yo, como un muerto en vida, que de pasaporte tiene una lápida.
Desperté cuando el mundo estaba sigiloso y los dioses miraban de lo alto, con sus infinitas luces.

Me quedé como siempre recordándote,
buscando en mis soledades, mis rincones...

Te encontré entre recuerdos vagos, los escollos de mi mente,
amé tu ausencia, tus besos pasados, tu dulce distancia, cada segundo más profundo
De que sirve llorarte antiguo compañero,
¿no ves mis ojos marchitos?, por lágrimas de sangre.
¿No oyes mi voz temblorosa?, que es súplica de olvido,
no sientes mis manos que se funden en tu cuerpo.

¿Qué ha pasado con el tiempo?.
No sientes,
no ves,
no hablas,
no lloras.
¿Te has quedado muerto, o, soy yo quien ha muerto?.
No sirve de nada llorarte, mi alma desmembrada aún te quiere.

Para mi el invierno no pasa,
me he congelado en un no estar continuo...el amor y las pasiones,
se han quedado detenidas en un sepulcro frío.
Buscando en extrañas soledades,
camino sobre pasos silenciosos, nunca dados,
inserta en la larga espera de una estrella fugaz.

Los muros
lloran sangre de inocentes, que no supieron amar.

Somos ángeles caídos, engendros de chacales divinos,
sudando sangre , exhalando ácido, ¡cuánta basura nuclear!.
Ojos al rojo vivo, desorbitados, mirando nada, buscado todo.

¡Agónicos¡,
muriendo en su propia muerte.
Amándote, sin saber lo que es amar...
esperándote en este infierno,
en este momento crucial de esta vida y de esta muerte, queriendo llenar el vacío de años venideros.