Caí del cielo un jueves, a eso de las siete y treinta y regresaban otras tantas almas al firmamento etéreo,
Al origen de la vida, al principio, al misterio.
Al crecer, en esta tierra la existencia me fue envolviendo,
Preguntas y respuestas aunaban en los silencios más profundos del ser mismo, como cómplices trenzaban los caminos de lo eterno.
Por buen tiempo, me negué a ellos, pero al fin un día los integre a este cuerpo, hice del” yo” mi casa, mi hogar, mi compañero,
Decidí tejer vida junto a ellos,
Desde ese día comenzó la existencia misma,
El sentirse pleno.
Tuesday, September 11, 2007
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