Un eco constante en mis adentros, decía amarte,
otros tantos ya te habían olvidado.
Desde mis personajes, escogí al prófugo,
abandone tus labios...
se habían vuelto fríos y los míos no lograban darles ya calor.
Después de tanto, comprendí.
Me habías dejado,
Y el cuerpo que me acompañaba,
no contenía tu alma,
te ame sola...
tú nunca estabas.
Tuesday, September 11, 2007
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment