par´ntesis.

Recojo mis fantasías de niña y hago un viaje a mis sueños,
En la búsqueda de la verdadera historia en que se tejió la humanidad,
Entre cuentos de hadas, de la Atlántida perdida, más bien escondida.
Mis juegos, de enanos y duendes.
De seres del inframundo que escondían la sabiduría.
De esos angelitos,
De esos otros que veía.

Quizás no eran sueños, sino recuerdos de vidas de antaño…

¿Acaso es posible que esos palacios, de cristalinas formas hayan existido?

En donde volaba y tenía el poder transformador del arcoiris.

Y éramos uno, todos con el universo…sin palabras,
Sólo con miradas apacibles, se conectaban.

Donde se protegían secretos para lo futuro.

¿Y si la historia, se ha contado desde la mitad, y no del inicio?

Y antes de que todo texto sagrado,
Hubiésemos sido más que Ángeles.

Y me quede en la pregunta ¿Y si hubiese sido cierto?

En lo más profundo de mi ser la existencia de miles de dioses
Que resguardan un planeta, mis sospechas de que no eran sólo los que enseñaban.

Y no quiero sentir más culpa por los dogmas que me han dado, ¡ya basta!.

Quiero sentir nuevamente como la madre tierra y el universo me hablan,

Pero ya no con susurros sino, como antes…
¿Cómo poder volver a la conexión exacta?

Desde hace tiempo en esta vida solo atisbos quedan.

Los desencarnados deambulantes se han quedado de paso y me saludan.

En mis sueños, que no se si son tan sueños,
Se muestran los palacios nuevamente,
Y también otros, en que piedras de jade negro, cubrían las paredes junto al oro.
Un hombre alto me decía con amor levántate y mis alas comenzaban ha tornarse enebro,
yo tendida, arrepentida de un algo que no recuerdo, lloraba sin querer verlo.
Poco a poco, abriendo los ojos, un gran hombre, mas alto que todos los mortales, con largas túnicas doradas decía: ven…no haz hecho nada.

En otras ocasiones, la esfera se ha aparecido y viene con estrella dorada cubierta de fuego, es de 5 puntas.

Sentir como niña y aparentar ser adulta,
Sentir que hay mas, más aún…

Y que mis dragones son mis miedos.

Luna llena, ya no me das nostalgia, en tus días siderales.

Ya no tengo nostalgia de regresar a tu seno.

Comienzo a acostumbrarme,
Y quizás pasar de loca.

Comienzo ha aceptarme,
Y a entender que todos venimos de distintas castas,

Y que es más fuerte el silencio, que un grito ensordecedor.